sábado, octubre 25, 2008

Apuntes en el metro (deprisa y corriendo)


Desde hace algunos aprovecho cada oportunidad que tengo para ir haciendo anotaciones sobre lo que quiero investigar. El otro día, cuando volvía en el metro del médico, aproveché que iba sola para poder escribir más de dos líneas seguidas. Escribí:
"Problema:
Adolescentes de familias inmigrantes y su sobrevuelo de la exclusión. ¿Qué papel juega el centro educativo? ¿es el único lugar que les ofrece su nueva sociedad? ¿qué papel jugamos nosotros? ¿Sirve de algo este papel?
Metodología:
puedo hacer entrevistas, encuestas,.... y mucha bibliografía. Sería conveniente hacer un trabajo de campo de corta aplicación y largo análisis".

Ahora bien, releo esto que escribí y no me acaba de convencer... algo me rechina, algo no lo acabo de ver. Tengo que seguir pensando

jueves, octubre 23, 2008

Elegir una dirección

Hace unos días tuve la primera reunión con mi tutora del trabajo, y ha sido extraño para mí porque no tengo muy claro sobre qué quiero hacer el trabajo de investigación. Como la mayoría de veces en la vida solo tengo muy claro qué es lo que no quiero hacer ni de qué modo, en realidad no es un mal principio pero a estas alturas me gustaría tener las cosas más claras.

Hemos estado hablando sobre mi trabajo porque sí me gustaría que todo lo que quiero hacer este año en el doctorado me sirviera para aclarar cosas que me hacen dudar en (de) mi trabajo. ¿Realmente estamos haciendo la educación que creemos hacer? ¿Los alumnos lo ven así? ¿es la educación que ellas y ellos quieren? ¿con los años, los frutos son los que creemos? ¿somos puro discurso? ¿somos dudas? ¿somos viento?

Mi tutora me ha señalado una dirección que me puede ayudar. La dirección son los alumnos y exalumnos del centro: hablar con ellos, reflexionar con los exalumnos sobre lo que aprendieron, lo que creyeron aprender y qué de todo aquello era real y les “ha servido” (entendiendo esto en el sentimo más amplio.

En esa dirección iré... veremos cómo se me plantea en los próximos días.

viernes, octubre 17, 2008

Pensar en otras cosas


Pues ayer tuve mi primera reunión de doctorado del curso ¡cómo me moló! Estuve con el cerebro durante dos horas en cosas en las que últimamente no pienso, y creo que me vino bien. Cuando llegué todo el mundo me preguntaba que qué tal Tomás, que si duerme, que si yo descanso (la profesora tenía especial interés en este punto, se le agradace) y yo a todo que sí, que sí duerme, que yo descanso... pero cuando llegó mi turno de hablar, de decir lo que yo pensaba sobre el tema a trabajar durante el curso me dí cuenta de que era mentira: que sí que estoy cansada. Llevo cuatro meses sin poder darle a la cabeza durante más de una hora seguida y necesito hacerlo.

Me gustó ir porque volví a ver la necesidad de organizarme el día y encontrar espacios para poder pensar en cosas propias y/o abstractas.
Pero lo cortés no quita lo valiente y esta mañana la hemos pasado Tomás y yo paseando, la mar de contentos, felices por el barrio. No cogidos de la mano, pero casi.

Durante el verano olímpico leí en el periódico sobre una atleta de Tarragona que estuvo en las olimpiadas unos catorce meses después de tener una hija, su entrenador decía que la veía mejor, más poderosa sobre la pista, más disciplinada y con las conexiones neuronales más apretadillas.

Nada tiene porqué ser así, no tengo porqué hacer algo brillante, pero por lo menos está bien tener ganas de mover el cerebro.