viernes, diciembre 21, 2007

No tengo poderes


A mí, que tengo una tendencia innata a criticar a mis colegas que se dedican a poner las notas a boleo me pasó el otro día algo que me desconcertó bastante. Lease lo siguiente para entenderlo.
Había evaluaciones de segundo de bachillerato (antiguo COU, para los ajenos), yo tenía que poner las notas de Historia de Cataluña y las de Geografia. En Geografía tengo muy poquitos alumnos y por temas de fechas hicimos el examen el mismo día de la evaluación (dos días después del límite del programa informático para aceptar notas) pero yo de todo esto me enteré cuando ya era imposible adelantar el examen.
Seguí el consejo de una compañera algo más veterana: tú pon la nota que intuyas que pueden sacar y luego, en los que te hayas equivocado, dices en la evaluación que quieres rectificar, y listo.
Conste que en esta asignatura los exámenes representan la mitad de la nota, el resto son trabajos, simulacros de examenes de selectividad y otras cosillas, es decir que no todo dependía de ese día.
Total, que allí me pongo yo a hacer de pitonisa y empiezo a poner las notas de los alumnos con la intención de rectificar posteriormente.
Y ahí viene mi sorpresa, que no he tenido que rectificar nada. Tras hacer los cálculos de los porcentajes de cada ejercicio, de cada examen, de cada cosilla, pues resulta que el resultado fue clavado para cada alumno. 100% de aciertos.
No estoy orgullosa de haber acertado, lo que estoy es desconcertada. Yo no soy vidente, ¿son mis alumnos muy previsibles? ¿Es innecesario tanto porcentaje y operación matemática? ¿tan bien los conozco? ¿se trata de la profecía que se autocumple?
Eso sí, no me resigno a dejar de criticar a mis compañeros que ponen las notas a boleo. Eso no está bien.